COMUNICADO
Buen
gobierno, más allá del combate a la corrupción.
Carpeta informativa Núm. 104
La corrupción es un mal mayor
en nuestro país con costos económicos elevados e impactos negativos en el
crecimiento y en la percepción de la sociedad.
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En
los últimos seis años, México y los 15 países con más rezago registran una
tendencia preferentemente negativa en combate a la corrupción.
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La
gobernanza para el desarrollo llega a no tener éxito debido a que sus acciones
afectan los intereses de los actores que cuentan con el poder para frenarlas.
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México
y Venezuela son los que más retrocedieron en el indicador “control de la
corrupción”.
La corrupción es un mal mayor
en nuestro país, con costos económicos elevados e impactos negativos en el
crecimiento y en la percepción de la sociedad. Transparencia Internacional la
define como el abuso del poder conferido para la obtención de una ganancia
privada.
En el análisis de los últimos
seis años del Índice de la Percepción de la Corrupción se aprecia una evolución
de las primeras 12 naciones con las mejores calificaciones, que presentan un
desempeño favorable o estable. Por el contrario, nuestro país y los 15 con más
rezago registran una tendencia preferentemente negativa (con excepción de Corea
del Norte, Afganistán y Sudán, que mejoran).
La corrupción no es el único
mal que aqueja a gobiernos, a empresas y a la sociedad, existen otras áreas que
son parte de este mal, que también pueden ocurrir de manera independiente,
como: el acceso e intercambio de información, la responsabilidad compartida,
conflicto de intereses, contracción de la base de contribuyentes y elusión fiscal,
entre otras.
El Banco Mundial (BM) es una
de las instituciones globales que más han estudiado y medido el buen gobierno a
través de su desempeño y eficacia. Los temas vigentes que aborda el organismo
son sistemas impositivos transparentes y justos en la era digital, compromiso y
participación ciudadana, gobierno y Estado de derecho, así como el desempeño
institucional dentro del gobierno.
El Banco Mundial precisa que
la gobernanza para el desarrollo llega a no tener éxito en brindar seguridad a
la población, en conseguir un crecimiento económico satisfactorio, en minar la
desigualdad social y en implementar las políticas de transformación, debido a
que estas propuestas o herramientas afectan los intereses de los actores que
tienen el poder para frenarlas, no obstante que otras partes se beneficiarían
de ellas y que tienen facultades para influir en los procesos de decisión, aun
cuando estos cambios no implican algún desfase significativo en los equilibrios
prevalecientes.
Dentro de los indicadores
sobre el “control de la corrupción” en las naciones seleccionadas, México y
Venezuela son las que más retrocedieron en el periodo de estudio; Brasil y
Chile también presentan caídas, aunque menos pronunciadas, mientras que las
mejor ubicadas como Alemania, Dinamarca y Canadá, muestran poca variabilidad.
En “efectividad del
gobierno”, como la mide el BM, de 2000 a 2017 México tiene un comportamiento
errático dentro de un rango de 0.35 a -0.03; lamentablemente la calificación
más baja es la del último año. En este tema, sin sorpresas, Venezuela es la que
tiene una mayor caída y China la que más se ha recuperado. Brasil y Colombia,
con un comportamiento pobre, la mayor de las veces con notas negativas.
Dinamarca y Canadá ratifican su comportamiento entre los mejores. Finalmente,
se resalta el mal desempeño de Estados Unidos, aunque en un rango de mejores
cifras.
En “estabilidad política y
ausencia de violencia”, no sorprende que Venezuela, México, China y Brasil son
una constante de calificaciones reprobatorias; quizá la nación asiática es la
única que no evidencia una tendencia negativa. Estados Unidos, debido a los
incidentes sufridos, que su gobierno atribuye al terrorismo islámico, también
presenta notas en rojo (con mayor número, ya que también contabiliza un número
significativo de tiroteos contra la población civil). Dinamarca y Canadá se
mantienen a la cabeza, aunque con notas no tan altas como en los demás
indicadores. Es decir, vivimos en un mundo violento, lo cual se podría inferir
de esta muestra.
El comportamiento en “Estado
de derecho” de México tiene una tendencia tan mala como en control de la
corrupción, y en estabilidad política y ausencia de violencia. Venezuela
muestra notas negativas que se acercan a los límites inferiores del rango
establecido. Brasil es persistente en sus asignaciones en rojo, aunque no tan
malas. Colombia y China, también con notas negativas, pero en camino a
superarse. Dinamarca y las otras naciones desarrolladas son constantes en sus
indicadores positivos.
Nuestro país, en este último
indicador, “Voz y rendición de cuentas”, evidencia una tendencia suave a la
baja, lejos de la caída precipitosa de Venezuela. China es estable en sus
cifras negativas, mientras que Colombia logra salir de la zona roja. Estados
Unidos, Francia, Brasil y Chile son constantes entre los positivos. Dinamarca,
Canadá y Alemania comparten notas similares en lo más alto de la tabla.
Investigador. Gabriel Fernández Espejel
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1 comentario:
Excelente documento, felicidades
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